Tiene una superficie de 3.000 m2., una gigantesca piscina, y está ubicada en Morumbí, uno de los barrios privados más ricos de Sao Paulo. La mansión de 3.000 metros cuadrados, valuada en unos US$9 millones, será a partir de este martes la nueva cárcel de Marcelo Odebrecht, el ex presidente de la constructora que protagonizó el mayor escándalo de corrupción en Brasil y Latinoamérica.
Esta propiedad, comparada con la pequeña celda de 12 m2 en la que pasó los últimos años en Curitiba, será una jaula de oro para el empresario brasileño. Odebrecht deberá pasar allí dos años y medio en un régimen en el que debe colocárse una tobillera electrónica y podrá recibir a una quincena de personas, aparte de sus abogados, de acuerdo con los reportes. Seguirán otros cinco años de pena, la primera mitad con salidas diurnas autorizadas y los últimos dos años y medio con la obligación de permanecer en su hogar solo durante los fines de semana.
Las confesiones del millonario de 49 años hacen tambalear a varios gobiernos en América Latina. El derrumbe se inició el 19 de junio de 2015, cuando Marcelo Odebrecht fue detenido, en el marco de la Operación Lava Jato, acusado de pagar sobornos a decenas de líderes políticos de casi todas las tendencias para obtener contratos en la estatal Petrobras.
Tras resistir casi dos años a una oleada de acusaciones, el grupo acordó revelar sus delitos para suavizar las condenas y poder sobrevivir.
Las confesiones condujeron a cientos de investigaciones contra ministros, diputados y empresarios de Brasil y de otros países de América Latina.
En el Perú, la investigación está a punto de provocar la destitución del presidente Pedro Pablo Kuczynksi y en Ecuador ya llevó a la cárcel al vicepresidente Jorge Glas.
77 ejecutivos y ex ejecutivos firmaron un acuerdo de delación premiada y relataron en detalle los engranajes de la corrupción. Se supo así que en el seno de la firma existía un departamento dedicado exclusivamente a mover ese dinero ilegal.
Marcelo Odebrecht pudo reducir a 10 años su condena inicial de más de 19 años de cárcel gracias a esas confesiones
La empresa se comprometió también a pagar una multa de 2.600 millones de dólares a los gobiernos de Brasil, Estados Unidos y Suiza.
En Sao Paulo, Marcelo Odebrecht fue recibido por su esposa Isabela y sus tres hijas.
Pero las fiestas navideñas no deben dar lugar a muchos festejos, en una familia dividida por el escándalo. Según el diario O Globo, el patriarca Emilio Odebrecht fue apenas dos veces a visitar a su hijo en la cárcel. Folha de S. Paulo afirma además que Marcelo también se distanció de su hermana y su madre.
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