El efecto de los CNM audios ha sido el de un bumerán si pensamos que en estos mismos momentos los poderes corruptos se van recomponiendo para urdir una estrategia que tiene por objeto adormecer cualquier iniciativa encaminada a exterminar su oscuro dominio.
El mensaje presidencial del 28 de julio, inicialmente recibido con sorpresa y luego con prudencia ahora es vilipendiado por la mayoría parlamentaria con absoluto descaro. Para neutralizar sus efectos se intentó primero incitar al enfrentamiento con el propio presidente, cuando este fue a entregar los proyectos prometidos. Como el tiro salió por la culata a Daniel Salaverry, ahora se les ha enviado a las calendas griegas.
La insolencia y prepotencia del Parlamento es tal que no tiene reparos en enmendar la plana al máximo intérprete de la Carta Magna, el Tribunal Constitucional, y enviar a consulta en la Comisión de Constitución un fallo que tiene carácter de inapelable sobre los congresistas disidentes. Ya se puede imaginar, entonces, adonde irán a parar las propuestas presidenciales.
La insolencia y prepotencia del Parlamento es tal que no tiene reparos en enmendar la plana al máximo intérprete de la Carta Magna, el Tribunal Constitucional.
Nada significan para los actuales congresistas de la mayoría que la población exprese su hartazgo a través de encuestas, que registran la desaprobación congresal más alta de la historia. Por el contrario, para ellos, atender esta voz colectiva es mero populismo.
Parapetada en esta necedad, la misma mayoría fujimorista que echaba rayos y truenos contra el exfiscal Pablo Sánchez con toda clase de improperios, ahora reclama respeto a la independencia de poderes cuando se trata del nuevo fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, quien ha exhibido una conducta éticamente repudiable al mentir públicamente con toda desfachatez y aferrarse al cargo confabulado con otros fiscales que avergüenzan y afrentan la elevada investidura de la defensa pública bajo coartadas legales.
¿Qué autoridad moral puede ejercer un Ministerio Público al mando de un personaje como este, cuyas primeras disposiciones fue encargar una investigación a la filtración de los audios precisamente al fiscal que intentó amedrentar a IDL Reporteros con una orden verbal, luego encomendar a Tomás Galvez, involucrado en los CNM audios, la investigación sobre los millonarios cocteles de Fuerza Popular, y a otro mencionado –Walker Ríos– una investigación contra el presidente Vizcarra?
Se ha perdido todo decoro, en verdad. El Ministerio Público obra en pared con la mayoría fujimorista y su aliado aprista, como es evidente en el caso del fiscal de lavado de activos José Domingo Pérez, quien investiga a Keiko Fujimori y Alan García en el caso Odebrecht, ha sido crítico con el actual fiscal de la Nación y ha revelado las presiones que recibió en su momento.
Se ha perdido todo decoro, en verdad. El Ministerio Público obra en pared con la mayoría fujimorista y su aliado aprista
¿Cuál puede ser la garantía entonces de que el Parlamento –que mantiene en espera la acusación constitucional contra César Hinostroza y demás consejeros del CNM, amigos de Chávarry y congresistas fujimoristas y apristas– o la Fiscalía obren en favor de la lucha anticorrupción? La verdad, ninguna.
Han pasado cinco semanas desde que salió a la luz el primer CNM audio. Y el efecto va siendo el de un bumerán contra las aspiraciones del pueblo peruano de contar con una justicia justa y honesta. Ha importado más al Ministerio Público y al Parlamento echarle el guante a quienes pusieron al descubierto la podredumbre, que a los magistrados y demás comprometidos en estas mafias de cuellos blancos.
Ha importado más al Ministerio Público y al Parlamento echarle el guante a quienes pusieron al descubierto la podredumbre, que a los magistrados y demás comprometidos en estas mafias de cuellos blancos.
Lo más preocupante del caso es que la figura presidencial, que ha intentado dar un golpe contra las redes de corrupción y buscar el respaldo ciudadano, va mostrando que muy poco puede hacer contra estos poderes fácticos.
Nos toca entonces a nosotros, los periodistas independientes, impedir que se adormezcan las iniciativas. Aquí estaremos con el dedo sobre la llaga. Y se lo recordamos a nuestros lectores sumándonos a la campaña iniciada en los Estados Unidos por The Boston Globe: “La prensa libre te necesita”.