“Restaurarán y pondrán en valor la Quinta de Presa en el Rímac”, destacaban los diarios peruanos el 19 de septiembre de 2014, informando sobre el anuncio de los ministerios de Cultura y Comercio Exterior y Turismo, quienes en alianza con la World’s Monument Fund Perú, realizarían la restauración de este casona rococó del siglo XVIII construida por el virrey Amat en 1773, según dicen para obsequiar a Micaela Villegas “la Perricholi”, su amante, aunque haya quienes afirmen que en realidad se construyó 20 años después que el virrey volviera a España.
Cierta o no la romántica historia colonial, lo que no admite dudas hoy es el estado ruinoso en que se encuentra tres años después del mencionado anuncio. Según da cuenta el historiador Luciano Revoredo en su cuenta de Facebook, publicación acompañada de una fotografía, el palacete rimense se viene desmoronando.
“Derrumbe de la tradicional Quinta de Presa. Joya de la arquitectura colonial en estado de abandono por el Ministerio de Cultura. Esto pese a los importantes esfuerzos que ha venido realizando la municipalidad del Rímac gracias al excelente trabajo del alcalde Peramás y el Patronato del Rímac”, señala Revoredo, un conocido crítico de la gestión que Salvador del Solar realiza al frente del Ministerio de Cultura.
Como se puede apreciar en la fotografía, el derrumbe se ha producido en el ala izquierda del segundo piso de la quinta, que en el siglo XIX perteneció a la familia Carrillo de Albornoz hasta 1920, cuando la compró el Estado. En 1932, Luis Sánchez Cerro la convirtió en sede de la Guardia Republicana y en 1972 el entonces Instituto Nacional de Cultura la declaró monumento histórico.
Como recuerda en una columna el conductor de “A la vuelta de la esquina”, Gonzalo Torres, celebrando el anuncio de la incumplida restauración, “la casa tiene interesantes detalles como los espejos de agua del atrio, las molduras en la fachada, un oratorio retablo con puertas lienzo, los juegos de escalinatas y arquerías de la fachada posterior, etcétera. La cosa será cómo llenar los espacios de la misma”. Menciona que fue construida en un contexto en que la zona posterior al barrio de San Lázaro eran terrenos de cultivo, vale decir, como una suerte de casa de campo.
Cuando se realizó el anuncio de restauración, José Méndez, director ejecutivo del Patronato del Rímac, explicó la necesidad de un estudio de uso y sostenibilidad económica de la casona, para luego elaborar el expediente técnico de la restauración, que requeriría de una inversión inicial de casi 7 millones de soles. En el tiempo transcurrido, el municipio distrital y el Patronato han restaurado la fachada del edificio, pero el resto de la Quinta Presa no ha recibido los suficientes trabajos como para evitar el derrumbe reciente.
Esta situación se presenta a pocos días de que la Sociedad Peruana de Gastronomía, de la mano con el municipio rimense y el citado Patronato, hicieran el anuncio de la realización de la feria gastronómica Mistura 2017 en el distrito bajopontino, precisamente como una manera de apoyar el turismo hacia este barrio tradicional y conocer los atractivos históricos que alberga. El de la Quinta Presa, ahora, difícilmente será uno de ellos.