Una aparente paradoja, pero es lo que registra el reciente Reporte de Conflictos Sociales N° 161 de la Defensoría del Pueblo, correspondiente a julio de 2017: menos conflictos, pero más protestas.
Mientras en el mismo mes del año pasado el número de conflictos sociales alcanzaba los 211, con un pico de 214 en enero de este año, el reciente reporte registra 177. Número bastante bajo pese a que surgieron tres nuevos conflictos sociales en Amazonas, Áncash y a nivel nacional, entre ellos la huelga que acatan los médicos del Ministerio de Salud.
La curva es igual decreciente con respecto a los conflictos activos (la Defensoría los clasifica en activos, latentes y resueltos), que fueron 154 en julio de 2016, pero 115 en julio de 2017, de los cuales el 74,8 por ciento son de carácter socioambiental (relacionados con el control, uso o acceso al ambiente y sus recursos, con componentes políticos, económicos, sociales y culturales), y apenas 1,7 por ciento de naturaleza laboral.
El panorama es creciente, en cambio, en la cantidad de protestas registradas en julio de 2017 con relación al mismo mes de 2016; 200 versus 114.
Es decir, un panorama que representa casi el doble de acciones de protesta colectiva, entre plantones, marchas, vigilias, tomas, movilizaciones, bloqueos de vías de comunicación y terminales de transporte, Intervenciones artísticas, paros, lavados de bandera, huelgas, ollas comunes, derribo de construcciones, quema de llantas, intentos de toma de edificios públicos y privados, con un registro total de 11 heridos (10 civiles, 1 policía).
Asimismo, la Defensoría ha detectado 20 situaciones que pueden devenir en nuevos conflictos sociales si no se atienden a tiempo, otros 62 que se mantienen en estado latente y 9 que han pasado de conflictos activos a latentes.
El informe completo se puede leer en http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-sociales/objetos/paginas/6/48reporte_mensual_de_conflictos_sociales_n_161_-_jul.pdf.