La crisis venezolana ha obligado a destacados profesionales, como los músicos Alondra Alarcón y Samuel Bernardini, a ganarse la vida en los buses de Lima, después de haber desarrollado su arte en importantes escenarios como miembros del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas de Venezuela. Bajan de los buses entre aplausos por su ejecución a violín y guitarra de éxitos como “Despacito”.