Salvó al mundo de la hambruna, pero ahora condena a 715 000 familias peruanas a la miseria. La papa, el tubérculo universalmente celebrado, rey de muchas gastronomías y mesas, es desde hace mucho la “cenicienta” de la agricultura peruana, señala el dirigente campesino Edilberto Soto. Y aunque desaprueba los excesos y delitos que se están cometiendo en el paro agrario, explica al detalle el drama de un sector olvidado y ninguneado. Una papa caliente que gobierno tras gobierno se pasa de mano en mano sin que se haga nada eficaz por ella.
– Revisando tu cuenta de Facebook, veo que no estás de acuerdo con lo que ocurre, esta ola violenta.
No estoy de acuerdo con la forma, pero sí con un reclamo justo que he previsto desde hace muchos años. Fui el primero en denunciar en 2012 el ingreso de la papa importada, los primeros kilos, ni siquiera las primera toneladas. Mucha gente en ese tiempo me tildaba de loco. Pero como productor los veía riesgos y consecuencias de la importación. En las negociaciones de los tratados de libre comercio, la papa fue considerada como un producto sensible, y justamente por eso está afectada.
– No queda claro por qué está gestándose esta forma de manifestación tan violenta. ¿Cómo están organizados los productores y en todo caso estos sectores que están realizando protestas tan violentas, a quiénes representan?
Iniciamos las negociaciones con el anterior ministro y estábamos ad portas de instalar una mesa de trabajo para construir una agenda de la papa, pero se frustró con la vacancia del presidente y pasó a segundo plano. A partir de esa fecha empezaron los malestares y preocupación de los productores, porque después de muchos años empezaron a derrumbarse los precios y eso es letal. ¿Por qué la reacción masiva? La verdad, no es nada: multiplica eso por las 715 000 familias que depende de lo que suceda con la papa en el Perú.
– ¿715 000 familias entre productores y el circuito?
No; 715 000 familias directamente dedicadas a la papa, a la producción, en 19 regiones del Perú. Es el producto más importante del país social y económicamente hablando: en el algodón no encontrarás más de 50 000 agricultores, en el café no pasan de 20 000 en todo el país, en el arroz no debe haber más de 17 000 productores. Por eso, lo que sucede en la papa –bueno, malo o regular– se inyecta en ese segmento grande y grueso de la ruralidad del país. Económicamente, 4,5 millones de toneladas de papa se producen en el Perú al año: 40 por ciento en la costa, en menos área y con menos gente por su alta productividad, y 60 por ciento en la sierra. Es una de las actividades que genera más mano de obra no calificada en el Perú. Me atrevo a decir, como en 2008 cuando se celebró el Año Internacional de la Papa, que debe convertirse en un instrumento parar borrar el rostro de la pobreza en el país. No me he equivocado. Los últimos 15 años la papa ha tenido un comportamiento económico extraordinario, que ha dinamizado la economía.

– Digamos que es el equivalente rural de lo que ocurre en la pequeña empresa en las zonas urbanas: no es la gran empresa, pero socialmente da mucho empleo, y termina siendo muy influyente.
Claro, solo que la papa está ubicada en la ruralidad del Perú, afuera, donde está el cinturón de pobreza. Hay varios factores por los que el precio se ha derrumbado: en chacra está a 10 céntimos el kilo cuando el costo de producción es de 45 a 50 céntimos; o sea, el agricultor está subsidiando con 40 céntimos cada kilo de papa que está en la mesa del consumidor. Para comprar un kilo de arroz tienes que vender 25 o 30 kilos de papa. Eso es un desastre.
– ¡Pero eso no lo vemos reflejado en los precios al consumidor! Algo está ocurriendo ahí al medio.
Eso siempre ha ocurrido y siempre va a ocurrir. El gran desafío es cambiar esa ecuación. Alguna vez sostuve que había una excesiva intermediación, donde se encarece el producto y se perjudica al consumidor y al productor.
–UNA PAPA MUY CALIENTE–
– Pero volvamos al tema organizativo. Tú encabezas una organización de productores de papa, ¿qué representatividad tiene a nivel nacional?
Es Corpapa Perú (Coordinadora Rural de la Papa en el Perú), y no aspiro a representar a las 715 000 familias de productores. Somos 2000 socios, y no nos hemos juntado a hacer un paro por una crisis, sino que apostamos por la asociatividad, un trabajo planificado, el diálogo. Hemos deslindado desde un inicio. No hemos estado de acuerdo con estas movilizaciones. Hemos creído y creemos que con diálogo podemos hacer cosas mucho más fructíferas y provechosas.

– Por un lado, quienes están en paro, van a decir que la tuya es una posición demasiado idealista, utópica. Por otro, a quienes están hoy en la protesta se les va a endosar una motivación política detrás. ¿Cómo ves eso?
Todo depende de si tienes las cosas claras o no. Cuando se frustró la mesa de diálogo y empezó la presión de los precios, los bancos, las deudas y la frustración, los campesinos empezaron a autoconvocarse en un territorio y otro. Hay incluso una pugna de liderazgo en cada región, en cada provincia, es un entripado de representatividad. Cada cual tiene sus formas de hacer las cosas. Alguna vez he liderado este tipo de movilizaciones. Pero creo que los tiempos han cambiado, son diferentes. Alguien me lo dijo hace un tiempo: “Esas épocas han pasado, hoy te corresponde liderar una revolución pacífica”. Y lo creí. Eso es lo que pretendo hacer.
– Sí hay una salida pacífica, entonces.
Estoy frente al desafío de construir una agenda papera. Claro, es más fácil negociar en estas circunstancias, hacer notar que existes a los ministros. No me faltan ganas de liderar estos movimientos, pero tienen el peligro de que se desbordan. Ya he tenido experiencias con eso. No por la vehemencia de los campesinos, sino por el riesgo de la infiltración al que los expones. Y estoy absolutamente seguro de que hay otros tipos de intereses que se han enquistado ya en estos movimientos campesinos. Ayer en Ayacucho han desbarrancado un bus con todo chofer y pasajeros, niños. Han quemado camiones…
– Han asaltado un camión de seguridad, han ingresado a un campamento, han atacado comisarías…
Eso ya no es un reclamo ni una movilización. Yo puedo movilizar miles de campesinos en una carretera, en sentido contrario de las vías, sin hacer nada malo. Venir con unas diez camionadas de papas y esparcirlas en la puerta de Palacio de Gobierno, en la PCM. Formas más inteligentes. Pero esto es otra cosa. Por eso ayer puse unas líneas de pronunciamiento, porque cuando se habla de la papa, muchos la relacionan inmediatamente conmigo. No quiero que piensen que he renunciado al diálogo. Les he dicho a todos mis compañeros: lo siento mucho, no he querido asumir esas cosas por el grado de riesgo que pasado el tiempo puede tener este tipo de movilizaciones, principalmente por gente malintencionada que se infiltra y con suma facilidad puede orientar y azuzar. Mientras estábamos en diálogo con el ministro el martes, ya escuchaba voladas de que se iban a meter a la central hidroeléctrica y la iban a incendiar. Y dicho y hecho. Han incendiado las treinta viviendas de los trabajadores. La cosa se está tornando demasiado extrema.

– Yendo al asunto de fondo, ¿cuál es la situación de la papa que los peruanos necesitamos conocer y cuáles son las salidas?
Está haciendo daño y va a hacer mucho más daño de lo que pensamos la importación de papas. Como te decía antes, les falló la visión a los negociadores de los tratados de libre comercio, no pensaron que la papa podía ser un asunto muy sensible, y hoy lo es. Debería protegerse por su importancia económica y social. Esto va a repercutir en muchísima gente. En este momento, ni el dos por ciento ha salido a las calles. El día que salga el 25 por ciento de los perjudicados, tranquilamente paralizan el país y pueden sacar y poner un presidente en 48 horas. Así de sencillo. No necesitan fusiles ni nada para hacerlo. Los campesinos están decididos a todo. Escuché en algún momento en las primeras movilizaciones: “Si hay que dar la vida por esto, hay que darla”. Ellos no miden.
— LAS PAPAS SOBRE LA MESA–
Edilberto Soto considera que la manera cómo se está tratando esta crisis es inadecuada.
“Es un espacio muy sensible y debería ameritar un trato ni siquiera ministerial, porque pasa por PCM, Mincetur, Produce, Agricultura, entonces debe instalarse una mesa de trabajo interministerial, multisectorial. Lamentablemente, los campesinos tienen diferentes plataformas de lucha, primero pidieron que les compren la papa, y ahora que lo están haciendo, dicen que quieren que se declare al agro en emergencia… cada vez van saliendo diferentes cosas, no saben en realidad lo que quieren. Y están pidiendo una antalgina, no extirpar el cáncer”.
Para ello, propone agendas a corto, mediano y largo plazo. Y una medida urgente. “Al corto plazo, debe comprarse la papa para regular un poco el precio; se retira un volumen importante del mercado, deja de ingresar al mercado mayorista –donde se forma el precio todos los días–, y mejora el asunto. Pero hay gente que sale con que ‘queremos que nos compren toda la papa’, y tampoco es así. Basta con retirar una porción, ahí se recupera el precio”.
– Como hace el BCR con el dólar.
Exactamente. Es la mejor comparación. Luego viene una agenda de mediano plazo, empezar a proteger la papa de la importación. Hace un par de años Ollanta Humala firmó un decreto que liberó de todo tipo de aranceles a la importación de papas. Cuando yo empecé a denunciar el tema, Alicorp estaba muy decidido a invertir buena cantidad de dinero para construir una planta de procesamiento de papa prefrita y congelada en el Perú, en Lima. Estaba armando la cadena, proveedores, iba a procesar papa peruana Alicorp. En el camino, por un lobby seguramente, se limpió de costos arancelarios a la importación de papa, y entonces hacen un estudio y ven que se gana más plata importando que procesando. Se derrumbaron los proyectos, plantas, contactos, proveedores, todo se fue al agua.
¿Por qué el interés de Alicorp en la papa procesada? Un dato lo explica todo: “No olvides que la industria de la pollería representa casi el 40 por ciento del consumo de la papa en el Perú. Los peruanos somos pollodependientes. Peruano que no come su pollito a la brasa no se siente peruano. El 2008, por el Día Internacional de la Papa, se hizo un estudió y se determinó que existían en el Perú 25 000 establecimientos de pollo a la brasa. Esa industria es extraordinariamente grande. A la fecha, esa cifra puede haberse duplicado. Y 50 000 pollerías requieren una cantidad enorme de papa. No por gusto Alicorp se ha metido en un segmento que le da mucha utilidad. No solo provee de papa, sino de un aceite especial para esas papas prefritas. Y como Alicorp tiene toda la logística para repartir alimentos, que en esa cartera de distribución entren dos productos más, esas son cifras gruesas en una contabilidad”.

–LA CENICIENTA DEL AGRO–
– Hay quienes aseguran que parte del problema de la papa es un asunto tecnológico. Además de la falta de una planta de procesamiento, hay carencias a nivel de biotecnología que hacen poco competitiva a la papa peruana. ¿Eso es así?
No, para nada.
– No es un problema de insumo, entonces.
Estamos en el país de la papa. Aquí podemos encontrar papa para todo tipo de uso. Inclusive la NASA ya ha escogido la papa que se va a adaptar a las condiciones de Marte. Es un argumento absurdo ese para justificar lo que hace Alicorp. Y nadie menciona a Alicorp ahora. Todos se centran en el gobierno. Una mejor protesta sería movilizar a 5000 agricultores y rodear a Alicorp y hacer que renuncie a esa forma vil de hacer negocio generando empleo en otros países y no aquí.
– ¿No crees que eso va contra la corriente, considerando el modelo económico que tenemos en el país?
Ese es el problema, el modelo.
– Pero en este mismo modelo se hace algo como lo que hace el BCR con el dólar, hay otros sectores regulados. ¿Es un tema del modelo o de que se ha abandonado la regulación sobre todo en asuntos tan sensibles como la papa?
Creo que se ha abandonado la regulación. Porque si hacen operación salvataje a bancos, a compañías y exoneran de millones de impuestos a otras, ¿por qué no pueden hacer una operación de salvataje a un sector social y económico tan importante, la columna vertebral del agro en el país, que es la papa y terminó siendo la cenicienta en todos los últimos gobiernos? A los cafetaleros se han levantado 260 millones del Agrobanco y ahora se va a liquidar, pues ya no tiene fondos porque los cafetaleros no quieren devolver la plata. Los algodoneros hace unos años solicitaron una operación rescate, manejando más de 80 millones de soles y hasta el día de hoy no pagan un sol. Y a los paperos en los últimos 20 años no les han dado ni un millón para un programa dedicado a la papa. Un olvido y una marginación que es una vergüenza. ¿Cómo les respondemos entonces a esa gente que ahorita está saliendo a las calles cuando ahorita les están hipotecando sus casas y perdiendo más de lo que deberían?
– ¿Cuál sería tu mensaje al consumidor? Porque aquí el consumidor también tiene una responsabilidad, ¿no?
Tiene un rol muy importante en todo esto. Si queremos hacer patria, debe dar una mirada a ese gran desafío de consolidar al Perú como un gran país, donde todos podamos tener acceso a una vida digna. Su responsabilidad es informarse qué tipo de papa está consumiendo. Y si llega a la conciencia del consumidor exigir que su pollo a la brasa esté acompañado de papa peruana, sería extraordinario, un mensaje a estas compañías e industrias que no miden el daño que hacen a un sector y benefician a agricultores de otros lugares. Se podría avanzar bastante así. Hago una invocación a todos los negocios e industria de la comida que apuesten por el país.
Finalmente, también hace una invocación a sus compañeros campesinos involucrados en las protestas violentas. “Compañeros, mantengan la cordura, hay formas de no excederse en los reclamos y buscar la notoriedad. Respeten la integridad física, la propiedad pública y privada, no caigan en insinuaciones y delitos. Mantengan su posición, sigan al frente de este gran reclamo que es justo, pero en la forma se están excediendo. No podemos perder la brújula”.
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